Post-boom latinoamericano

 


          El post-boom latinoamericano es un movimiento literario reaccionario al llamado boom latinoamericano.  También se lo denomina boom junior o novísimos.  Este movimiento surge en la década de los setenta y los ochenta.  El post-boom latinoamericano “puede caracterizarse como una reacción de los más jóvenes –aunque no siempre lo son tanto– contra el convencionalismo al que llegó el boom, contra la novela clásica en que se constituyó” (De la Fuente, 1999, p. 242) y contra los intentos de totalización y universalización de los autores del boom, quienes asumen en sus narraciones las innovaciones formales de la teoría literaria moderna (De la Fuente, 1999). 

         Donoso, citado en De la Fuente (1999), afirma que “la nueva generación encuentra que la novela de los años sesenta es excesivamente literaria, y se dedica, como todas las vanguardias, a hacer una anti-literatura, una anti-novela” (p. 242).  Las creaciones del post-boom latinoamericano optan por un estilo más directo y sencillo de leer.  Sus propuestas literarias buscan generar atracción en el público lector desde espacios coloquiales, urbanos y cercanos a la mayoría de las personas.

Es difícil establecer completamente los rasgos diferenciadores entre el boom y el post-boom latinoamericano y sus representantes (De la Fuente, 1999).  Los autores del post-boom se enfrentaron una nueva realidad hispanoamericana, la cual afectará sus creaciones literarias:

Esta generación de narradores posteriores a los del boom será, como explica Antonio Skármeta, la que primeramente se encontró frente a los medios de comunicación de masas y a una serie de acontecimientos sociales y políticos que proporcionarán una nueva visión de la realidad hispanoamericana.  En literatura supondrá el abandono de las tendencias ya caducas por referentes más acordes con la nueva ubicación del escribir hispanoamericano.  Se recoge la jerga popular, los textos del rock o la música de la América hispana, las imágenes del cine, el deporte, las doctrinas de la filosofía existencialista y los programas de acción política, así como lo derivado de la transculturación norteamericana, si bien, todo ello, comienza ya a emerger en la narrativa de la generación precedente (De la Fuente, 1999, p. 243).

Skármeta (De la Fuente, 1999) propone los siguientes componentes como característicos del post-boom latinoamericano: la sexualidad y el sentimentalismo, la exuberancia, la cotidianidad, la fantasía, el coloquialismo y la intrascendencia.

Según Correa y Prado (s.f.), las características más importantes del post-boom latinoamericano son las siguientes:

Exacerbación de la realidad.  Espontaneidad narrativa.  El cotidiano como tópico.  Visión ante la vida: más optimista que en la literatura del Boom.  Autoría femenina en escena.  Rechazo a la mera retórica.  El compromiso más evidente con la crítica social atrae un público menos elitista.  Narraciones también sobre el mundo de los jóvenes.  Expresividad poética en la prosa.  Parodia y pastiche como métodos.  Retorno a la referencialidad en lo real.  Diálogo directo con los mass media (p. 56).

          De la Fuente (1999) destaca las siguientes características de este movimiento literario: la autoconsciencia de la narración asumida muchas veces por el protagonista quien “traza el camino a seguir y va develando sus más íntimos secretos y penalidades, habitualmente a manera de parodia” (p. 244); la narración de la nostalgia que busca “la revisión de un pasado que se evalúa por si es posible interpretar el presente” (p. 245); la presentación de personajes y modelos de la marginalidad (los jóvenes, las mujeres, los pobres, los homosexuales); la frecuente intertextualidad, es más, “los textos se utilizan hasta el punto de constituir éstos el soporte global de la obra” (p. 259); y el empleo de la parodia, la cual es entendida “como una imitación en la que se contiene una variación, que parta de la repetición de clichés, de la exageración u otros mecanismos y cuyo efecto habrá de ser humorístico, irónico o de cualquier otro tipo” (p. 262).

La autoría femenina es otra de las características del post-boom latinoamericano.  “La mujer adquiere un mayor protagonismo, especialmente cuando son ellas las que escriben” (De la Fuente, 1999, p. 250).  La perspectiva de la mujer escritora ofrece una manera nueva de abordar las temáticas femeninas; asimismo, una significativa transformación en el tratamiento de la sexualidad en sus obras literarias.

     Algunos representantes del post-boom latinoamericano ofrecen una revisión del realismo mágico y lo asumen en sus producciones literarias.

          El listado de los representantes del post-boom latinoamericano es numeroso y complejo, entre muchos otros, se enumeran Carlos Fuentes (mexicano), algunas obras de Mario Vargas Llosa (peruano), algunas de las creaciones de Gabriel García Márquez (colombiano), Mario Benedetti (uruguayo), José Donoso (chileno), Isabel Allende (chilena), Marcela Serrano (chilena) y Ángeles Mastretta (mexicana).

Referencia

·        Villalobos, G. (2021). El relato picaresco como estrategia pedagógica de lectura para estudiantes de secundaria desde el análisis de Eva Luna, de Isabel Allende (Tesis de licenciatura). Universidad Americana. San José.

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